Artículo de opinión
LLANÇÀ, 20
Ejemplo de mariposa de trencadís
Si tenemos en cuenta que durante las tres cuartas partes
de su vida la mariposa tiene forma de oruga, y sabemos que ésta
desplegó sus alas a principios del siglo XX, exactamente en el
año 1912, debió nacer, como mínimo, en el siglo XVI.
Sorprende verla aquí, petrificada, en las alturas, durante tanto
tiempo, contraviniendo una de las características de esta colorida
especie de insectos, su efímera existencia.
He aquí una buena muestra de trencadís, técnica
típica del modernismo que ideó y popularizó Antoni
Gaudí, quien recogía trocitos de baldosas, sobre todo de
cerámica, pero también de mármol, de vidrio, restos
de platos y tazas rotas, y los encajaba como si de un puzzle se tratara.
Ello le permitía revestir cualquier superfície curva, es
decir, casi todas.
Construida por Josep Graner, la mariposa corona un típico edificio
del barrio del Eixample. Cuenta con cinco pisos, todos ellos con sus balconadas,
excepto el último, donde hay balcones pequeños.
Esta casa aparece poco en las guías existentes del modernismo
del Eixample, seguramente porque se encuentra alejada del circuito habitual:
se halla en la calle Llançà, a escasos metros de la Gran
Via y del nudo de tráfico de la plaza Espanya.
Testigo privilegiado de los usos y desusos de las Arenes, ha visto la
plaza de toros desierta el último decenio, tan sólo ocupada
por inmigrantes e indigentes, y seguirá ahora con atención
el ritmo de las obras de rehabilitación del recinto para convertirlo
en centro lúdico. Tres años durarán, dicen, de modo
que tiene entretenimento para rato.
DANIEL ROMANÍ
La Vanguardia
Sábado, 16 Agosto 2003
|