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Antoni Gaudí

Eusebi Güell Bacigalupi Eusebi Güell




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La relación entre
Antoni Gaudí y Eusebi Güell

Eusebi Güell Bacigalupi fue el principal mecenas de la obra de Antoni Gaudí y uno de sus mejores amigos. Por estas razones creemos necesario conocer el inicio y algunas características básicas en la historia de esta relación entre dos personas diferentes pero a la vez parecidas: la relación entre Eusebi Güell y Antoni Gaudí.

Poco tiempo después de terminar la carrera de arquitectura Gaudí recibió el encargo de proyectar una vitrina para exponer los productos de la Guantería Comella de Barcelona, en la Exposición Universal de París de 1878. En esos tiempos Gaudí ya había colaborado con el profesor Villar, el maestro de obras Fontseré, y el arquitecto Joan Martorell, y había diseñado la Obrera Mataronense y el Kiosco Girossi.

Eusebi Güell (1846-1918) era hijo de Joan Güell Ferrer, impulsor de la industria nacional y líder del pensamiento económico catalán. Eusebi heredó de su padre buen olfato para los negocios y así dirigió y creó nuevas empresas. La buena economía de los Güell permitió al futuro conde de Güell estudiar Derecho, Economía y Ciencias en Barcelona, Francia e Inglaterra. De su madre heredó el gusto por las artes: don Eusebi dibujaba y pintaba ágilmente, le gustaba la música, entendía sobre escultura y conocía los museos y monumentos europeos ya que viajaba mucho.

En uno de estos viajes, fue a la Exposición Universal de París para estar al día de las últimas novedades en las máquinas textiles para sus fábricas. Al pasar por el pabellón de España vio una vitrina fantástica: la madera de roble tallada conjuntaba perfectamente con los finos hierros forjados y con resaltes decorativos que aguantaban unos cristales dispuestos de una manera inusual, que permitía una cómoda visión de los guantes expuestos.

Al llegar a Barcelona, se dirigió a la tienda de Esteve Comella para conocer al autor del maravilloso expositor que había visto en París. Allí le indicaron que lo podría encontrar en el taller donde se había realizado: el Taller Puntí.

Eduald Puntí era especialista en la fundición del hierro, carpintería, vidriería y todo tipo de artes e industrias artísticas en general. Gaudí frecuentaba su taller, seguramente porque sentía la necesidad de estar en contacto con los artesanos, como cuando era pequeño que veía a sus padres hacer alambiques para destilar alcohol y calderos.

Güell se dirigió al taller y allí le presentaron a Gaudí, iniciándose así una relación que duró hasta la muerte de Güell en 1918.

Recién terminada la carrera de Arquitectura, Gaudí era un joven que vestía bien, asistía a óperas y conciertos y se relacionaba con los intelectuales más importantes del momento. Quizá tenía claro que necesitaba de un buen mecenas que fuese capaz de comprender y financiar sus ideas arquitectónicas. Ese mecenas resultó ser Eusebi Güell, el cual siempre valoró y se decantó hacia la nueva arquitectura que Gaudí proyectaba, pagando todos las facturas que recibía sin poner ningún problema. Y el artista, al sentirse comprendido y estimulado, se entregó con pasión a todos los trabajos que Güell le encargó.