El
Palacio Longoria
¿Una
Obra de Gaudí
en Madrid?
Bastante a menudo
me ocurre que, cuando hablo con gente y sale a relucir mi admiración
por el arquitecto catalán, con frecuencia me preguntan
(y en algunos casos también se atreven a afirmar), si
el edificio que hoy ocupa la sede de la Sociedad General de
Autores, en sus orígenes conocido como Palacio Longoria,
fue realizado por Gaudí. A tal punto llega el desconocimiento
por la obra del célebre arquitecto.
Esta falta de información, se debe en parte a que Madrid
es una ciudad con muy poca tradición Modernista. Los
edificios que se realizaron a principios del siglo XX obedecían
más bien a un gusto ecléctico, de influencia parisina
un tanto clásica, y en absoluto bebían de las
fuentes de libertad, juventud, modernidad y ruptura que proclamaban
las consignas de la nueva arquitectura, amén de verse
sometidos a las rígidas normas impuestas por la Real
Academia de Bellas Artes de San Fernando, que no veía
con buenos ojos ciertos "desmanes estilísticos".
De ahí que el madrileño de a pie no este acostumbrado
a distinguir las características tan especiales de este
movimiento, que sin embargo en Cataluña se mostró
en toda su plenitud, dotando a la ciudad de unos edificios únicos,
fácilmente reconocibles.
Por tanto, en la capital, muy pocos son los ejemplos que podemos
encuadrar dentro de este estilo. De hecho, las escasas muestras
con las que contamos, obedecen en mayor medida a influencias
francesas y belgas del Art Nouveau, expresadas con un lenguaje
arquitectónico distinto (de motivos más naturalistas),
al que empleaban los artistas catalanes del Modernismo, que
impregnaron sus obras de los sentimientos de la Renaixença.
En cualquier caso, para alguien que conozca un poco la trayectoria
de Antoni Gaudí, no habría lugar a una posible
confusión, dado que las líneas y la decoración
del Palacio Longoria no se asemejan en absoluto a ninguna de
las obras gaudinianas. Sin embargo, este singular edificio madrileño
si fue concebido por un artista catalán, José
Grases Riera, que desarrolló su carrera profesional en
nuestra ciudad, y junto a los arquitectos Eduardo Adaro y Fernando
Arbós, jugó un importante papel de enlace entre
los siglos XIX y XX. Otros edificios suyos en Madrid son; el
edificio de "La equitativa", en la calle de Alcalá,
y el Monumento a Alfonso XII, en el parque del Retiro.
Aclarado este punto, ya que en Madrid no existe ningún
edificio proyectado por Gaudí, sólo me queda añadir
algo más; existe el rumor, o la duda (no confirmada),
de que una supuesta familia de la burguesía catalana,
que hubo de trasladarse a Madrid por negocios durante la primera
mitad del siglo XX, trajo consigo un oratorio supuestamente
diseñado por Gaudí, que quedó instalado
en su nueva residencia. Al pertenecer esta pieza al ámbito
de lo privado, y no existir ningún documento o fotografía
que lo verifique, esta información se queda en una mera
especulación, ya que no existe ningún dato comprobado
que pruebe la existencia del citado oratorio, ni tan siquiera
de la familia. ¿Leyenda o realidad? De momento nos quedamos
con la duda, pero quién sabe si con el tiempo, rebuscando
en algún viejo archivo, se encuentren más datos
que sirvan para aportar luz sobre este tema.
Lo que he podido advertir en mi ciudad, es que para la inmensa
mayoría existe un profundo desconocimiento de la personalidad
y la obra de Gaudí. Este hecho se me hace muy difícil
entender, puesto que el arquitecto es, junto con Picasso y Dalí,
uno de los tres grandes genios artísticos del pasado
siglo veinte en nuestro país. Una prueba es su universalidad.
Y sin embargo, salvo para unos pocos, aún sigue siendo
un gran desconocido.
Esta claro que todo el mundo ha visto fotografías de
la Sagrada Familia, de la Pedrera, del Park Güell, etc.
Pero, realmente ¿cuánta gente conoce de una forma
sencilla, las ideas y los innovadores conceptos que llevaban
a la creación de tales obras?
Con frecuencia he llegado a pensar, que dentro de la Historia
del Arte, Gaudí ha sido durante muchos años, y
aún en cierta medida sigue siendo, el gran ignorado.
Sin duda le tocó vivir tiempos difíciles, que
marcaron su trayectoria vital y profesional. Fue desde joven
un arquitecto de reconocido prestigio, y además gozó
de la admiración popular, sin embargo después
de su muerte; casi el olvido. A ello contribuyeron las circunstancias
políticas y las nuevas corrientes arquitectónicas
que denostaban por sistema todo lo realizado en el ciclo artístico
anterior.
Pese a todo, la obra de Gaudí siempre estuvo ahí,
esperando, demasiadas veces infravalorada y sobreviviendo a
los avatares del tiempo hasta que, por fortuna, a mediados del
S. XX algunos investigadores e historiadores de prestigio empezaron
a mostrarnos bajo otro punto de vista la singular genialidad
estructural (algo que se manifiesta en los edificios y en general
en toda la obra artística del arquitecto), a menudo relegada
a un segundo término en pro de una mal entendida originalidad.
Desde aquellos años, en los que hubo que recuperar la
figura de Gaudí para, poco a poco otorgarle el lugar
que le correspondía (injustamente arrebatado), ha pasado
mucho tiempo. Afortunadamente las cosas han cambiado para mejor.
Se han conseguido muchos logros y se han llevado a cabo numerosos
proyectos.
En este sentido, el pasado 2002, "Año Internacional
Gaudí", fue un gran éxito del que todos los
gaudinistas podemos sentirnos orgullosos. Desde Cataluña
se realizó un enorme esfuerzo, centralizado lógicamente
en Barcelona (al ser la ciudad que cuenta con un mayor número
de edificios realizados por Gaudí). La labor informativa
y de coordinación fue excelente.
La que suscribe estas palabras, que tuvo la inmensa suerte de
poder disfrutar de la mayoría de los actos celebrados
en conmemoración del 150 Aniversario del arquitecto,
no puede por menos que felicitar desde estas líneas a
todas las personas, que desde distintos campos trabajaron para
hacer tangible esta idea. Y también, ¡cómo
no! a todos los barceloneses que, acostumbrados ya a verse invadidos
por oleadas de turistas, cámara en ristre, nos acogieron
tan estupendamente como siempre.
Actualmente, Barcelona ocupa el primer lugar en cuanto a destino
cultural preferido por los españoles, y también
es la ciudad más visitada por los turistas extranjeros,
atraídos en gran medida por la obra del arquitecto, como
lo demuestra el que tanto el templo de la Sagrada Familia como
el edificio de la Pedrera sean dos de los lugares que mayor
número de visitantes reciben en España a lo largo
de todo el año. Esto no quiere decir que Barcelona no
tenga nada más que ofrecer que la obra Gaudiniana, nada
más lejos de la realidad, sin embargo han sabido aprovechar
ese importante patrimonio cultural (que no único), para
incentivar aún más una ciudad tan cosmopolita
como es esta.
Por eso resulta paradójico y también triste comprobar
que en Madrid, la respuesta a este evento de índole internacional,
destinado a difundir el trabajo de este artista universal haya
sido más bien escasa, en una ciudad que por su "capitalidad"
debería haber estado a la altura de las circunstancias.
¿A quién debemos echar la culpa?
Desde luego no es de los madrileños. Me consta que los
ciudadanos estamos ávidos de conocimientos, al igual
que sucede en otros lugares, pero para ello las instituciones
públicas y privadas tienen que poner de su parte, promoviendo
las exposiciones, las conferencias y seminarios, y todos aquellos
actos que contribuyan a una mayor difusión de la cultura.
Esto no llegó a suceder en Madrid durante el "Año
Gaudí", para desgracia de cuantos desde aquí
amamos el trabajo del genial catalán, que somos muchos,
y sin duda seríamos muchos más si hubiera un mayor
acercamiento de su obra a la ciudadanía.
Es evidente que el trabajo de un arquitecto debe visitarse en
el lugar donde ha sido realizado, pero no me parecería
tan descabellada la idea de que dentro del MNCARS (Museo Nacional
Centro de Arte Reina Sofía), espacio dedicado a las corrientes
artísticas de finales del S. XIX y a las primeras vanguardias
del S.XX (esencialmente pintura, pero también escultura,
fotografía, y otras disciplinas), se pudiera contar con
una sala dedicada a Gaudí, sin duda el arquitecto español
más reconocido a nivel internacional. En esta sala podría
haber una exhibición permanente, multidisciplinar e interactiva,
que facilitara la comprensión de su obra mediante la
exposición de dibujos, maquetas, planos y fotografías
de sus edificios. Algo así como " L'Espai Gaudí"
de la Pedrera, pero en Madrid. ¿Creéis que es
mucho pedir?
Como veis aún quedan muchas cosas por hacer y un largo
camino por recorrer. Y, de alguna manera, todos los estudiosos
y los apasionados de su obra "tenemos la obligación"
de contribuir a ello.
Esther S.
Ayuso
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