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CONCIERTO 'MÚSICA POR LA PAZ' EN EL TEMPLO DE GAUDÍ

Una Sagrada Familia de voces

El acto está incluido en el Parlamento de las Religiones

HELENA FERNÁNDEZ

BARCELONA .- El colorido que estos días se ha dejado ver por el Fórum ha cambiado de escenario. La Sagrada Familia se convirtió en templo de acogida de los diferentes credos que participan en el Parlamento de las Religiones. El medio de unión entre todos ellos fue la música , protagonista de una velada en la que se pudieron escuchar desde saetas hasta sonidos sij, hindúes o musulmanes.

Música espiritual nada más salir de la parada de metro de Sagrada Familia. Pantallas de televisión en las calles colindantes con el 'santuario' de Gaudí y cientos de personas arremolinadas a la espera de que alguien dé la primera nota. Los privilegiados -algunos de los más de 7.000 inscritos en el Parlamento de las Religiones que se está celebrando en Barcelona, dentro del programa del Fórum- tienen asiento 'reservado' en un lugar de privilegio.

Frente a la fachada de la Natividad -la única parte del templo construida directamente por el arquitecto catalán- un ir y venir de representantes de diferentes religiones da una idea de lo que va a ser el espectáculo 'Músicas de paz' . Bajo las cuatro imponentes agujas de la obra mastodóntica de Gaudí, un par de escenarios se preparan para acoger 10 breves conciertos con una intención: mostrar, a través de la música, el lenguaje universal de la paz.

Sables chinos

Aunque el acero de las armas también brilló en la noche . Si durante las jornadas diurnas del Fórum Joan Clos tuvo que intermediar en un incidente con los miembros de la comunidad sij -lograron entrar en el recinto con sus tradicionales dagas gracias a la intervención del alcalde- en esta ocasión, el baile de los Noriaki Nagao -un grupo sintoista japonés - hizo honor a su historial de guerreros. Ataviados con trajes típicos, los nipones rindieron culto a sus sables en un baile de varios minutos.

Más pacíficos que los Noriaki Nagao, sus colegas japoneses, - 'los de los tambores' para los presentes; 'Shumei Taico Dummers' según el programa- lograron hacer retumbar no sólo el escenario sino también la entrega de un público que no terminaba de entender aquel instrumento de percusión gigante que estaba plantado en la tarima. A los iniciales 'gongs' de ese gran tambor le siguieron los ritmos de ocho músicos que, vestidos íntegramente de negro y con una cinta en la cabeza, tocaban diferentes instrumentos de percusión al borde del malabarismo.

Antes de los 'Shumeies Taico Dummers', las saetas cantadas por Carmen Corpas -a la guitarra le acompañaba Pedro Barragán-, el coro de Gospel Barcelona -que interpretaron, entre otros, el 'Oh, happy day!'- y la soprano Carme Miró -una monja católica que lució voz con el 'Can dels Ocells'- constituyeron la parte más fácilmente asequible para el público 'profano' que seguía el concierto desde las pantallas de la calle.

'La catedral de los pobres'

El hinduismo estuvo representado con la actuación de Russill Paul, que introduce armónica y teclado electrónico; Usgaq hizo una demostración de ritmos y danzas sufíes y un grupo de monjes budistas transmitió su espiritual antes de que algunos niños del Campamento de la Paz del Fórum cerraran el acto con las palomas que previamente les cedieron representantes de los diferentes credos.

El acto se abrió con los discursos del alcalde de Barcelona y presidente del Fórum , Joan Clos, que recordó, antes de dar paso a la parte musical del acto, que "la paz no debe de ser impuesta, sino justa y digna". Hizo memoria sobre la historia del templo el obispo administrador del Arzobispado de Barcelona, Josep Angel Saiz : "Gaudí presentó el proyecto de la Sagrada Familia como 'la catedral de los pobres'". Saiz continuó sus palabras haciendo hincapié en la "solidaridad" de las religiones. "Nosotros, en Montserrat (donde se celebraron las jornadas previas al Parlamento) también nos hemos preocupado de los más pobres : de los refugiados, de las víctimas de la deuda externa, la mala distribución del agua o la violencia religiosa".

El Mundo
Domingo 11 de Julio 2004