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Nota de Prensa

La Familia de Gaudí en el Cementerio del Este

Juan Bassegoda Nonell
Conservador de la Real Cátedra Gaudí

Toda acción médica constituye el intento de los médicos para curar las enfermedades que aquejan a los hombres. En muchas ocasiones el resultado es la curación del enfermo y es entonces cuando se inscribe en la larga historia de la medicina el proceso seguido por éste, la descripción de sus dolencias, los medicamentos y técnicas utilizadas, con la posible aplicación a futuros casos. Todo ello forma parte de la historia de la medicina y bien parece una doble visión: cara al pasado (historia) y cara al futuro (aplicación de las experiencias y técnicas usadas en cada caso). Pero hay un hecho ineluctable e inevitable. Después de todo, tarde o temprano se produce la muerte, conclusión de todo proceso, con o sin intervención de los médicos, sea en personas sanas o enfermas.

También esta fase final forma parte de la historia de la medicina, ciencia que permanecería incompleta sin este punto de conclusión.

En el caso de la familia de Antonio Gaudí, ha sido posible rastrear las fechas y causas de la muerte de sus miembros y también la localización de los restos de todos ellos.

Será esta una comunicación macabra, pero creo que necesaria y también interesante para este XIII Congreso de Historia de la Medicina Catalana.

Una investigación con el Archivo de los Servicios Funerarios de Barcelona, en el Cementerio del Pueblo Nuevo, ha permitido averiguar que la familia Gaudí, domiciliada en 1879 en la calle Consejo de Ciento, 368, 4º, poseía en dicho cementerio un nicho señalado con el nº 1.756, de la Isla 1ª, Departamento 1, en el que fueron enterrados los siguientes miembros de esta familia:

El día 8 de septiembre de 1876 falleció a causa de una hemiplejía, la madre del arquitecto, Antonia Cornet Bertran (1810-1876).

El 15 de abril del 1879 fueron depositados allí los restos de Francisco Gaudí Cornet (1851-1879), médico, hermano mayor del arquitecto, fallecido el día anterior a causa de una hemoptisis en su domicilio de la calle Copons, 2, 3º. El mismo día recibió sepultura el cadáver de su tía Úrsula Cornet Bertran (1832-1879), soltera; murió de una afección cerebral.

El 17 de octubre de 1879 se enterró en el mismo lugar a Rosa Gaudí Cornet (1845-1879), hermana del médico y del arquitecto, fallecida el 16 de octubre como consecuencia de una gastrorragia.

El 30 de octubre de 1906 fue sepultado el cuerpo del padre de Gaudí, Francisco Gaudí Serra (1813-1906), fallecido la víspera, a causa de una congestión pulmonar, en la casa del parque Güell donde, desde 1906, residía la familia Gaudí.

Finalmente el 2 de febrero de 1914, se enterró allí al padrino de bautizo de Gaudí, Plácido Gaudí Serra (1824-1914), fallecido, tal como dice el certificado de defunción, a causa de la senilidad; al tiempo que depositaron también los restos de la sobrina de Gaudí, Rosa Gaudí Egea (1876-1912), fallecida el 1 de enero de 1912 de tuberculosis pulmonar, restos que habían permanecido a lo largo de dos años de forma provisional en otro nicho.

A partir de 1914 nadie tocó el referido nicho, ya que Antonio Gaudí Cornet (1852-1926), fallecido a causa de una hemorragia interna traumática en el Hospital de la Santa Cruz, el 10 de junio de 1926, fue enterrado dos días más tarde en la capilla de la Virgen del Carmen de la cripta de la Sagrada Familia. Es más que probable que Antonio Gaudí se hiciese en vida cargo del pago del alquiler del nicho familiar, pero después de su muerta ya nadie se preocupó e aquella tumba del Cementerio del Este (Cementerio Viejo o del Pueblo Nuevo).

En el libro del referido archivo de Servicios Funerarios consta una acotación final que informa que el nicho fue desahuciado el 18 de febrero de 1994 y, por tanto, los restos mortales de siete miembros de la familia Gaudí fueron a parar a la fosa común.

Así pues, ochenta años después del último sepelio, el nicho volvió a la libre disposición del Ayuntamiento.

En este punto debe comentarse la determinación de responsabilidades contraídas por parte de quienes pudieron evitar, y no lo hicieron, el triste fin de los muertos de la familia Gaudí. Por una parte, la Junta Constructora del templo de la Sagrada Familia era la heredera universal de los bienes del arquitecto y, consecuentemente, también de sus obligaciones, una de las cuales era el pago el alquiler del nicho, requisito que no se cumplió. La destrucción de los archivos de la Sagrada Familia en julio de 1936 impide saber si en alguna ocasión tuvieron noticia los componentes de dicha junta de las exequias del cementerio del Este, todas las cuales se efectuaron en vida del arquitecto.

Por otra parte, la investigación realizada en el cementerio por un eficaz colaborador de la Real Cátedra Gaudí ha permitido conocer las circunstancias del nicho 1.756, pero esto ocurría en junio de 2002. Si la investigación se hubiese realizado a partir de 1956, fecha de creación de la Cátedra, y antes de 1994, cuando se produjo el desahucio, con toda seguridad que éste no se hubiera producido, ya que se hubiesen pagado los alquileres pendientes con cargo al presupuesto de la Cátedra. ¡Una pena!

De todos modos, no se comprende que el Ayuntamiento, antes de proceder al desahucio y a la vista del apellido Gaudí, siete veces repetido en los documentos, no hubiese comunicado el hecho a cualquiera de las entidades gaudinistas de la ciudad, que, sin duda, hubiesen colaborado para impedir el triste final en la fosa común.

El Ayuntamiento publica periódicamente la lista de los desahucios inminentes, pero poca gente presta atención a tan desagradable relación. Concretamente en La Vanguardia del 17 de septiembre de 1993, en las páginas de Anuncios Oficiales, aparece citado un nicho que, por haber estado 20 años desocupado o por no haber satisfecho los derechos anuales de alquiler, amenazaba con ser desahuciado. Era un nicho a nombre de Rosa Cornet Bertran (1828), tía del arquitecto, y estaba señalado con el número 1.757 bis, del Departamento 1º, Isla 1ª, piso 6º. Esta vecindad con el nicho 1.756 pudo crear confusión, pero lo cierto es que actualmente sólo se tiene la certeza del desahucio del nicho 1.756.

Total que los Gaudí más próximos al arquitecto están ahora en el anonimato de una fosa común. Mozart está enterrado en una fosa semejante en el cementerio de Viena. Gaudí fue en parecidas circunstancias más afortunado, pero no así su padre, su madre, su tío, su tía, dos de sus hermanos y la única sobrina.

Quede, por lo menos, constancia de todo ello, para que la historia del gaudinismo se pueda conocer en los pormenores y grandezas de la obra arquitectónica del maestro y también en otras circunstancias menos importantes y mucho más desagradables pero no menos ciertas.