10 de junio de 2007
15 aniversario de la fundación de la Asociación pro beatificación de Antoni Gaudí,

 Resumen del EPÍLOGO del libro publicado

La reacción general ante la noticia del proceso de Beatificación de Gaudí podría sintetizarse en la sorprendida pregunta que un desconocido le hizo al presidente de la Asociación Pro Beatificación , a la salida de un oficio religioso: “¿Cómo no se le ocurrió a nadie antes?”

En realidad, un hombre que consagró su vida y su obra a la exaltación de la fe, que dio ejemplo en el día a día de su vida y que dejó impronta de eternidad en sus obras, merece ser expuesto a los fieles como ejemplo y a los no fieles como tema de reflexión.

Gaudí era un enamorado de su trabajo , con una exigencia personal creciente que transmite a sus colaboradores, busca la perfección, la belleza, la colaboración con el Creador, en una palabra, la gloria de Dios.

Dirigía todos los trabajos personalmente, hasta las maniobras del peonaje. Sus métodos de organización despertaron curiosidad y los colegas de la ciudad empezaron a criticarle como “ deseoso de singularizarse” . Algunos enviaban a sus encargados de obras a la Sagrada Familia a trabajar de incógnito y luego se iban, otros se despedían de sus constructoras y pedían trabajo a Gaudí para aprender, deseosos de perfeccionarse profesionalmente.

El trabajo – comentaba – es fruto de la colaboración, y ésta sólo puede basarse en el amor. El arquitecto se ha de saber aprovechar de lo que saben hacer y de lo que pueden hacer los operarios. Se ha de aprovechar la cualidad preeminente de cada uno. Esto es: integrar, sumar todos los esfuerzos y tenderles la mano cuando se encallen; así trabajan a gusto y con la seguridad que da la plena confianza en el organizador. Además, hay que recordar que no hay nadie inútil, todos sirven (aunque no todos con la misma capacidad); la cuestión es encontrar para qué sirve cada uno”.

Gaudí se ocupaba de sus obreros en su aspecto profesional y en su vida personal:

“Rogaba a Raimundo: ¡Cuídate!, Hazme caso. Aún estás a tiempo. Deberías hacer un poco más de ejercicio: andar. Y poner freno en el comer, con un poco de régimen. Piensa que si no tienes prudencia, ¡estallarás!”

Su costumbre de intervenir personalmente en los trabajos le ponía en contacto, necesariamente, con todo el personal.

- Esto lo podrá hacer José, que tiene paciencia , decía.

Que lo haga Andrés, que tiene más estatura y le será más fácil .

Gaudí practicaba y defendía el sacrificio :

“La vida es amor y el amor es sacrificio. El sacrificio es lo único realmente fructífero. La causa del avance espiritual y material de las órdenes religiosas, de los hogares, es que se sacrifican todos sus miembros en bien del conjunto”.

“El ejercicio corporal, la sobriedad en comer, beber y dormir, son mortificaciones del cuerpo que combaten eficazmente la lujuria, la pereza, la embriaguez...”.

Gaudí practicaba las virtudes y la vida de piedad :

 

“La vida es una batalla, para combatir se necesita fuerza y la fuerza es la virtud, que sólo se sostiene y aumenta con el cultivo espiritual, esto es, con las prácticas religiosas”. Por tanto, conocedor de esta realidad frecuenta los sacramentos, tiene dirección espiritual, reza el rosario, lee el Evangelio, visita a los enfermos, da limosna, se somete a severas penitencias.

Fruto de este crecimiento exterior (mayor experiencia profesional, mayor conocimiento de la técnica y de los materiales) y del crecimiento interior (mayor relación personal con Dios) imprime en sus obras un carácter especial, llamativo, que han atraído y atraen la atención de muchos, une Amor y Arquitectura .

Comenta el arquitecto Joan Bergós Massó, colaborador de Gaudí, en su libro: “Gaudí, el hombre y la obra”:

Los últimos diez años de su vida Gaudí vivía exclusivamente dedicado al Templo de la Sagrada Familia. Su vida es plenamente ascética, su piedad está al borde del misticismo y su producción traspasa los límites de la más elevada arquitectura, llevado por una creciente exaltación lírica. Se complace con el acabado policromado del primer campanario y me lo muestra diciendo: “¡Mire este remate...! . ¿No es cierto que parece que una la Tierra con el Cielo?. ¡Este resplandor de los mosaicos es lo primero que verán los navegantes al llegar a Barcelona: será una radiante bienvenida!”

Y más adelante escribe:

En su plenitud encuentra aquel sentido de infantilidad que pide el Evangelio: una noche se me acercó diciendo: “Me voy a la iglesia de la Merced , a decirle unas cuantas cosas a la Virgen ”.

 

Fama de santidad

Relata sor Antonia Claus y Tutó el 22 de noviembre de 1973, publicado en la revista Templo en su número de julio-agosto, que Gaudí acudió a la Madre Rosa , Superiora General de las Hermanas Carmelitas de San José, para que le ayudara en la atención a su padre y sobrina en su residencia del Parque Güell. Selecciono estas frases del documento:

  “Aprendan de Gaudí sus virtudes religiosas, éstas no se improvisan sin haberlas ejercitado desde joven, pues un árbol se conoce por sus frutos...”

Madre Rosa tenía a don Antonio Gaudí en concepto de santo... es un verdadero varón de Dios y que con el tiempo la Iglesia lo canonizará, pues santo ya lo es

El 11 de junio de 1926 el sacerdote Mn. Manel Trens i Ribas (1892-1976), historiador del arte, escribe en “ La Publicitat ” un artículo con el título “El Arquitecto de Dios”.

En el oratorio de S. Felipe Neri, el pintor Joan Llimona, amigo y contertulio de Gaudí en el Círculo Artístico de San Lucas, utilizó a éste, en vida del arquitecto, como modelo para dos telas en las que se representa al santo, patrón de Roma.

El sacerdote Francisco Baldelló escribió en abril de 1971: deseo vivamente que mi posible intervención en un nuevo acto en honor de Gaudí fuese con motivo de incoarse el proceso de su Beatificación.

El testimonio del escultor Joan Matamala, colaborador de Gaudí en el templo de la Sagrada Familia , en su libro, Mi itinerario con el arquitecto:

Gaudí es todo un hallazgo en la historia de la arquitectura. Semeja a un ser extraño que, al correr por el espacio y poner su pie en el mundo, dejara a su paso brillantes meteoros. Por algo él, en lo metafísico, desde la materia se elevaba hacia la inteligencia y desde la mecánica del universo se remontaba al Sumo Hacedor”.

En nuestros días, Yun Young-Joo directivo de la Cámara de Comercio e Industria de Pusan, Corea, escribía el 19 de marzo de 1998:

“La arquitectura de Gaudí es conocida por su belleza artística. Ésta combina elementos clásicos y góticos y se pone de manifiesto a través de espacios fantásticos. Pienso que debería darse todavía más importancia a su afición armónica por la naturaleza y el medio ambiente, que pone en evidencia la existencia de Dios a través de su obra.

Gaudí, con su búsqueda constante de la verdad, realizaba obras que hacen que la gente descubra el hálito divino que palpita en ellas. Su arquitectura merece el elogio de la gente, ya que escribió poesía con su arquitectura.

No puedo olvidar el impacto religioso que me causó la visita a Barcelona para preparar la exposición de Gaudí. Estuve en el Templo de la Sagrada Familia , como parte de mi recorrido de las obras de Gaudí alrededor de Barcelona. Me es imposible describir la huella que dejó en mi corazón. No pude menos que inclinar mi cabeza ante la solemnidad, la santidad y la grandeza del edificio. Un sentimiento profundo embargó mi corazón. A través de las obras de Gaudí, y del toque divino que tienen, me convencí de la existencia de Dios.

Aunque antes he sido un budista devoto, me convertí al catolicismo al regresar a Pusan, por la intensa inspiración causada por las obras de Gaudí.

Creo que la exposición gaudiniana, que ha tenido lugar en Pusan bajo mi supervisión, fue un trabajo predestinado por Dios. Después de ella, me convertí al catolicismo y voy a la iglesia con frecuencia.

Creo que Gaudí es un evangelizador de la obra de Dios en el mundo, al mismo tiempo que un gran arquitecto. A través de exposiciones sobre Gaudí, que se organizaran en todo el mundo, la gente podría admirar, no sólo sus trabajos artísticos, sino también su dedicación a Dios a través de su vida, cuando ésta sea conocida.

Gaudí está predicando la fe católica al mundo entero a través de su arquitectura. Él empuja también a los artistas a continuar su búsqueda de Dios”.

Son numerosas las personas que, tras el estudio de su vida, obra y pensamiento, han abrazado la fe católica o han vuelto a tomárselo en serio. Muchos son los que piden a Dios por su intermedio y no pocos los que han obtenido respuesta a sus peticiones, según consigna el Boletín que la Asociación Pro Beatificación de Gaudí edita regularmente.

La apertura de la Causa de beatificación en el Vaticano supone un importante avance en el proceso. La Congregación ha estudiado los documentos presentados desde el punto de vista formal, y a declarado su validez, ha nombrado un relator que prepara la positio, sobre la cual deliberarán un grupo de teólogos de la Santa Sede y los cardenales designados para el estudio de la causa de Gaudí. Si el voto es favorable, faltará acreditar un milagro.. .

Muchos nos preguntan cuánto tiempo puede durar el proceso de beatificación. Hacemos nuestras las palabras de Gaudí cuando le interpelaban sobre cuándo finalizarían las obras de la Sagrada Familia : “ Mi cliente no tiene prisa ”.

 

José Manuel Almuzara, arquitecto

Presidente de la Asociación pro beatificació de Antoni Gaudí

10 de junio de 2007

 

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