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El Milagro de los panes y los peces

El artista ha recreado en la Catedral de Palma su visión del milagro de los panes y los peces

Miquel Barcelo
Miquel Barceló, sentado en la sillería de un lateral de la capilla, que está recubierta en su mayor parte con imágenes marinas en el lado de la epistola.

El pintor mallorquín Miquel Barceló opina que la «piel cerámica» que creó a golpes y puñetazos para la capilla del Santísimo de la catedral de Palma, en la que ha recreado el milagro de los panes y los peces en un trabajo que ha durado siete años, «liga perfectamente» con su obra pictórica y se mostró convencido de que tendrá «sentido también dentro de la seo».

Barceló explicó que tiene «curiosidad» por ver cómo se interpretará su retablo cerámico, que los Reyes inaugurarán mañana, en relación a toda su obra, y recalcó que no ser creyente «nunca fue un problema» para la ejecución de esta pieza, a la que ha dedicado siete años.

La capilla alberga la tumba del obispo Teodor Úbeda, quien impulsó esta intervención de Barceló en la catedral de Mallorca, cuyo origen está vinculado a la propuesta que le hizo la Universidad de las Islas Baleares (UIB) en el año 2000 de nombrarlo doctor honoris causa. El obispo, relató el artista, «dejó dicho» que quería «ser enterrado en la capilla», «un poco» para «proteger la obra», que es «una lástima» que no viera acabada, al igual que el canónigo Pere Llabres, «que fue uno de los grandes defensores de esta obra y que murió» el pasado verano.

Esta creación llevó a Barceló «dos o tres años de preparativos», en los que hizo «cientos de pruebas» hasta que le pareció «que había conseguido la técnica adecuada» para su ejecución. Se trata de una «obra técnicamente muy compleja», que «recubre casi completamente una capilla de 300 metros cuadrados

Un puzzle
La cerámica corresponde a un único pedazo y funciona como un «puzzle» que se ha instalado en la pared a partir de las grietas naturales que se abrieron y sobre las que, además de sus palmas, están las de sus hijos pequeños.

Este retablo cerámico ha sido «una obra físicamente muy intensa, muy pesada de hacer», en la que «siempre era consciente» del lugar, escogido «muy deliberadamente», en el que tenía como vecinos a Gaudí y Jujol, lo que «son cosas que marcan muchísimo», manifestó.

Barceló indicó que ve el retablo como «una obra pictórica», resultado de «una manera de pintar», en la que ha utilizado el material cerámico «como una especie de fresco nuevo».

«"Con la Iglesia hemos topado"», confesó Barceló que le advertían sus amigos para avisarle de los problemas que podría tener con el clero que, en contra de esta tesis, le dio «gran libertad» para desplegar su creatividad, aseguró.

Obra coral
El retablo cerámico «es una obra coral», en la que han intervenido «casi todos los estamentos» de la isla, que «tiene fama de conservadora», recalcó el pintor, quien agradeció el apoyo que tuvo del Govern balear cuando la obra estuvo «paralizada».

El artista aseguró que «nunca», en contra de lo que se ha llegado a decir, tuvo que modificar nada de su proyecto, para el que creó también cinco vitrales, en los que con los dedos hizo las formas de raíces, una espina, las ramas de un árbol y ondas.

Barceló, que ha sido también el artífice del mobiliario litúrgico de la capilla, incidió en que desde el comienzo percibió el tema del milagro de los panes y los peces como «propio de su mundo personal».