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El Capricho de Comillas (1883-1885)

Los huecos de ventana recuerdan el estilo gótico con sus formas apuntadas conseguidas por dos ménsulas enfrentadas, en lugar de dintel. Las ventanas de la fachada principal son de guillotina y tienen unos contrapesos formados por tubos de metal que emiten notas musicales al practicarlas. En las aberturas de las esquinas del salón hay dos balcones con barandillas de hierro forjado, fundido y laminado que forman dos bancos para sentarse.

La estructura de la casa está formada por paredes de carga y vigas de madera en los techos y la cubierta, que se sostiene sobre una cercha de madera, es de tejas árabes, aunque durante algunos años habían sido reemplazadas por unas piezas cuadradas de fibrocemento. Los aleros de la cubierta se sostienen sobre cartelas realizadas haciendo volar sucesivamente las hiladas de ladrillos.

Parece ser que Gaudí no estuvo presente en ningún momento durante la construcción del edificio, y delegó totalmente la dirección de obra a su compañero de estudios, Cristóbal Cascante, que a su vez, aprovechó e hizo de constructor en dicha obra.

Durante el siglo XX la casa ha tenido varios propietarios, entre los cuales se encontraba un hijo de Eusebi Güell; en 1984, después de su restauración, pasó a manos de la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria y, desde 1992, es propiedad del grupo japonés Mido Development Co. Ltd., el cual mantiene en su interior un restaurante con el nombre de "El Capricho de Gaudí".